Escribir para sanar: la literatura como terapia emocional

 

Escribir para sanar: la literatura como terapia emocional




La literatura siempre ha sido mucho más que un medio de entretenimiento. Desde tiempos antiguos, el acto de escribir y de leer ha estado profundamente ligado a la necesidad humana de comprender el mundo y a sí mismo. Más allá de la ficción o el relato de hechos, escribir ha sido para muchos una herramienta de sanación, una manera de poner en palabras lo que el alma no siempre puede decir en voz alta.

La escritura funciona como un refugio. Ante el dolor, la confusión o la pérdida, construir un relato, aun fragmentado, permite organizar el caos interno. No se trata solo de contar una historia, sino de comprenderse a uno mismo a través de las palabras. La escritora Joan Didion decía que escribimos para descubrir lo que pensamos. En momentos de crisis personal, tomar un lápiz o sentarse frente a un teclado puede ser el primer paso hacia esa claridad que parece tan esquiva.

Muchos autores han encontrado en la escritura una forma de lidiar con sus heridas. Sylvia Plath escribió poemas que tocaban las fibras más sensibles de su angustia interior. Virginia Woolf, a través de sus novelas y diarios, plasmó sus luchas contra la depresión. Leonard Cohen, con su prosa y su poesía, convirtió sus vacíos en himnos que aún resuenan. Escribir les permitió no solo enfrentar su dolor, sino también trascenderlo, dándole un significado que puede ser compartido con otros.

Leer también cumple una función profundamente sanadora. Hay momentos en que abrir un libro es como extender la mano en medio de la oscuridad y encontrar otra mano esperándonos. Reconocer nuestras emociones en las palabras de alguien más puede producir una sensación de alivio casi inmediato. No estamos solos en nuestras experiencias, ni en nuestras emociones. La literatura nos lo recuerda constantemente.

Encontrar un personaje que atraviesa un duelo, una narración que habla de pérdidas similares a las nuestras, o una metáfora que describe exactamente lo que sentimos, puede ofrecer una compañía silenciosa pero poderosa. Leer no reemplaza el dolor, pero lo nombra, lo reconoce y, en ese acto, permite que se haga más llevadero.

En ambos casos, tanto en la escritura como en la lectura, se produce una transformación. No se trata de borrar lo que duele, sino de comprenderlo, de mirarlo desde otro ángulo, de encontrarle un cauce. La literatura es, entonces, una forma de terapia emocional: íntima, personal, pero también universal.

Escribir para sanar no exige técnica perfecta ni frases grandilocuentes. Basta con la honestidad, con el deseo de poner en palabras aquello que nos atraviesa. Leer para sanar no requiere análisis profundo ni interpretaciones académicas; solo necesita la disposición de abrirse a la experiencia del otro.

En un mundo donde muchas veces nos sentimos presionados a estar bien de inmediato, la literatura ofrece otro ritmo. Un ritmo que respeta las pausas, los silencios, las contradicciones. Un espacio seguro donde todo lo que somos, incluso nuestras fracturas, tiene lugar.

Te dejamos, este video el cual nos enseña sobre la escritura terapéutica y cómo poder desarrollarla y ayudarte a despejarte, dime tu opinión en los comentarios. Te leo! 😉😉


@arteterapia.mx Esta comprobado que la escritura terapéutica es una gran forma de sanar y cuidar tu salud mental y emocional. Durante mas de 7 años he hecho journaling y me ha cambiado la vida! Aprende con este curso como hacerlo también tu, en el link del perfil encuentras la información #escritura #escrituraterapueutica #sanar #saludmental #saludemocional #bienestar #pazmental ♬ My Love Mine All Mine - Mitski

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